Reflexión de la clase de Carlos y Lara

María del Mar Macías Herraiz

Carlos
Visualizar el vídeo de Carlos y poder compartir con él una sesión de esta asignatura ha hecho que sea consciente de que las barreras y las dificultades que se nos presentan a lo largo de nuestra vida solo pueden ser destruidas si nosotros mismos estamos dispuestos a ello, y una vez que estas pasen desapercibidas, tenemos que actuar para que todo aquello que queremos conseguir se haga posible.

Una persona que presenta una discapacidad, en este caso visual como Carlos, aunque me refiero a cualquier discapacidad, tiene que enfrentarse a continuas barreras y dificultades para avanzar en el ámbito educativo, social y laboral, entre otros. Pues, en esta sociedad, desgraciadamente se concibe que las personas con discapacidad poseen destrezas menos válidas que las de cualquier otra persona como motivo de la discapacidad.

Para aislar estas barreras y dificultades, el sujeto tiene que creer en sí mismo, adoptar una actitud positiva, demostrar sus destrezas y vencer los retos. Para hacer posible estas pautas debe contar con varios apoyos, estrategias y recursos alternativos, como por ejemplo, en el caso de Carlos:

 -  Ampliar las letras de un texto para que la lectura sea comprensible.
  -  La transcripción con voz de los medios tecnológicos: "Be me eyes", ordenador, whatsapp, películas, aplicación para los medios de transporte, etc.
   -  Bastón para facilitar la movilidad.
 - Empatía familiar y social.

Buscar estrategias, recursos y soluciones hacen ganar destrezas, motivación y avance, los cuales van encaminados al éxito de los propósitos.

Carlos ha vencido todos los obstáculos y gracias a ello ha podido formarse como psicólogo e incluso tiene su propia página web donde comparte todas sus emociones, todos sus logros, proyectos y sobre todo aporta la ayuda necesaria para desarrollar el afecto personal, la empatía, actitud positiva y otras muchas peculiaridades que hacen posible el éxito y el bienestar personal.

Es fundamental que la discapacidad se vea como una anécdota y como un factor que no impide prosperar

Lara 
Para construir un buen aprendizaje y crear la inclusión escolar se debe fomentar la metodología del trabajo cooperativo.

Para que la metodología funcione tenemos que contar con la aprobación y la colaboración de los profesionales educativos, los alumnos y las familias. Principalmente son estos los que ponen las barreras para que no se lleve a cabo. Algunos ejemplos se centran en el rechazo de los colegios, los docentes piensan que para ellos es el doble de trabajo y las familias rechazan que su hijo "listo" trabaje al lado de su compañero "tonto" porque bajará sus calificaciones.

Cuando el trabajo cooperativo es admitido, considero que el centro comienza a encaminarse hacia un aprendizaje significativo y hacia la inclusión. Es cierto que implantar el trabajo cooperativo no es fácil y tiene varios procesos.

Primero se deben formar equipos de 4 alumnos, aunque estos pueden ser flexibles. Estos equipos deben contar con un alumno de mayor capacidades, dos alumnos de capacidades estándar y alumnos de menos capacidades. Esta clasificación se crea para que no haya un desnivel tanto en el avance del aprendizaje como en la socialización del aula, pues sino implantamos este modelo estaríamos procediendo a una exclusión, ya que los alumnos con más capacidades avanzarían notoriamente y los alumnos con menos capacidades se quedarían rezagados.

Una vez que los equipos están formados, sus componentes deben elegir un nombre que los identifique y que sientan que forman parte de él, además de un rol para cada componente y así trabajar la autonomía y la responsabilidad. Los docentes no deben elegir el nombre del grupo, pues ya no sentirían la misma identificación, y la participación y la motivación disminuiría, así como no se pueden dar solo dos roles para dos alumnos, los otros dos no van a trabajar de la misma forma y se pueden dar conflictos dentro del grupo.

El maestro debe adaptar todas sus actividades a los alumnos, creando así una enseñanza y un aprendizaje inclusivos, pues al no adaptar el currículo volvemos a crear una carencia de equidad. Tiene que estar atento y ofrecer posibles soluciones a los conflictos que se den en el grupo y en el aula, pero para que la solución sea eficaz tiene que emplear técnicas en las que sean los alumnos los protagonistas de la solución y el maestro un mediador, pues si el maestro se encarga de la responsabilidad, los alumnos no fomentan la empatía que lleva a la solución. Las técnicas pueden ser: alumno ayudante, expresión de emociones mediante dibujos, etc.

La evaluación es la parte clave de este trabajo cooperativo porque refleja el funcionamiento de los grupos y el aprendizaje de los alumnos. Una vez que somos conscientes de esto  podemos seguir en la misma línea de trabajo para seguir avanzando o restaurar todo aquello que anteriormente no haya funcionado para lograr el camino correcto.


En definitiva, considero que el trabajo cooperativo se puede construir siempre y cuando tengamos consciencia de lo qué es y de la importancia que tiene ponerlo en práctica con la colaboración de todo el centro escolar y sus componentes.

Casos prácticos de Lara.
Los casos prácticos que tuvimos que resolver en grupo fueron muy interesantes pues pude conocer diversas soluciones y estrategias para solventar las necesidades y las dificultades de los alumnos. En mi caso me posicioné como docente para solventar un problema y fue muy gratificante saber que mi grupo y yo supimos trabajar las estrategias necesarias para solucionar el conflicto, de modo que considero que ganamos más motivación por seguir aumentando nuestra formación como futuros maestros.


Ana Isabel Baena González

Carlos nos ha dado un ejemplo de persona luchadora, que pese a las barreras que la sociedad le ha ido poniendo a lo largo de su vida, ha sido capaz de conseguir sus sueños. Esto ha sido posible gracias a su esfuerzo y constancia.

Nuestra sociedad, concibe a personas con discapacidad no aptas para desempeñar ciertas tareas, por el simple hecho de presentar alguna discapacidad, sin darles la oportunidad de ver qué son capaces de hacer. Es por ello que siempre tienen que demostrar y luchar más que los demás.

Carlos ha compartido con nosotros, una serie de programas que utiliza para poder navegar por Internet o utilizar el móvil. Nos ha hecho una demostración de cómo funcionaba el programa, y nos hemos quedado todos con la boca abierta porque no entendíamos nada, ya que hablaba demasiado rápido.
Para concluir, me gustaría resaltar las ganas de Carlos por luchar por lo que quiere, y sobre todo la actitud que muestra ante los dificultades que la sociedad le va poniendo a su paso, y que gracias a esa actitud tan positiva, ha conseguido dar ejemplo a todos aquellos que le rodean.


La segunda parte de la sesión la hemos trabajado con Lara, donde nos ha explicado que el aprendizaje cooperativo es un buena buena metodología para implantarlo en las aulas.

Para ello es necesario contar con el apoyo tanto del resto de profesores como de los padres de los alumnos, y esto, en muchas ocasiones no es fácil, puesto que hay docentes que se niegan a cambiar su metodología tradicional porque les resulta más fácil, y en cuanto a las familias, muchas veces también están en desacuerdo, puesto que piensan que el rendimiento de sus hijos va a bajar por trabajar con compañeros que no están a su nivel.

El trabajo cooperativo consiste en formación de grupos constituidos por cuatro alumnos, siendo grupos heterogéneos, que bajo mi punto de vista es como más aprenden los alumnos. Cada grupo elige un nombre para su equipo y cada componente elige un rol para desempeñar dentro del equipo. Esto, les hace sentirse partícipes y además se trabaja la responsabilidad de los alumnos.

Gracias a la evaluación que se aplica a esta metodología, se puede ver el avance y el aprendizaje de los alumnos, no fijándonos sólo en los contenidos adquiridos por los alumnos.

En mi opinión, este tipo de metodología es la que se debería implantar en las aulas. Cierto es que muchas veces no es fácil llevarlo a las aulas, porque en muchas ocasiones no se cuenta con el apoyo necesario, pero una vez que se consigue llevarlo a cabo, es una buena forma para trabajar la inclusión y poder trabajar con todos los alumnos para que aprendan todos a la vez.

Patricia Ferrer García

En estas clases, Carlos y Lara nos  dejaron claro que los límites para el éxito nos los ponemos nosotros, que cualquier barrera o dificultad se puede superar con mucha fuerza de voluntad, la ayuda necesaria y sobre todo una actitud positiva y de superación personal. 
La idea con la que salí de la clase es "querer es poder" y esto se aplica tanto a situaciones personales como colectivas. 
Carlos nos demostró con su experiencia cómo es posible luchar contra los prejuicios y contra las dificultades que se le han presentado tanto las causadas por su discapacidad visual como por la mala actitud de algún profesor, que le daba por perdido, sin embargo, gracias a su gran esfuerzo y a sus ganas de superarse, no fue así.  
Lara, por otra parte, mostró cómo esta misma actitud es imprescindible para lograr cambios inovadores en las escuelas, que de hecho son posibles, no son una utopía. Es imprescindible, para llevarlos a cabo, tener claro lo que se quiere lograr y una vez conseguido eso, el siguiente paso es perseverar hasta lograrlo, con paciencia, sin perder la motivación y sin olvidar el objetivo final, lograr una educación inclusiva y equitativa. 

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